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Muchas parejas se enfoncan tanto en la planeación de su boda que la única conversación financiera que tienen trata de el presupuesto de la boda y de quién va a pagar qué. Planean la boda, pero se les olvida planear su vida como pareja. Discutir acerca de sus finanzas personales es algo que se hace mejor antes de la boda que después. Ya casados es más difícil ponerse a hablar de sus deudas y sus costumbres financieras. Tal vez sea incómodo pero hay que hablar de esto antes de la boda.

Si la pareja ha vivido un noviazgo fructífero, han sido expuestos mutuamente a una variedad de situaciones en las que habrán aprendido el uno del otro de sus propios patrones de conducta financiera y de la programación mental del otro. Si bien es cierto que uno se casa con la persona, la persona con la que uno se casa viene con sus propias creencias y patrones de conducta.

Si la pareja ya ha estado cohabitando antes de decidir casarse, es probable que ya conozcan la conducta financiera del otro, pero aún en este caso hay muchos detalles que deben de compartirse y discutirse a fondo.

Es vital darle a conocer a tu pareja cuál es exactamente tu situación financiera.

No tener la confianza de compartirle a tu futuro cónyuge cuánto ganas; cuánto debes; cuál es tu portafolio de inversiones o si has hecho bancarrotas en el pasado, es un claro indicativo de que el matrimonio no es el camino que debe de seguir esta relación.

El omitir conscientemente toda la verdad de tu situación financiera pasada y presente no es una buena forma de construir confianza y puede provocar una situación muy incómoda en el futuro.

He visto parejas que invirtieron horas y horas en establecer el presupuesto de la boda y la fiesta, pero que después de la luna de miel no invierten tiempo en combinar sus finanzas. Mucho menos en manejar juntos del dinero de la pareja.

Si desde antes de la boda, uno de los dos está pensando mantener alguna propiedad, inversión o dinero fuera del vínculo matrimonial, deberá de hacérselo saber cuánto antes a la otra parte de la pareja y explicar a fondo cuál es su motivación y su razonamiento. Hacer ésto del conocimiento de la pareja después de la boda es la receta perfecta para un disgusto y para sembrar la desconfianza.

Sumen todo lo que los dos ganan y también todo lo que gastan. Planeen juntos cómo van a pagar sus gastos diarios. Esto es mejor y mas fácil si abren una cuenta conjunta en la que ambos tienen acceso.

Van a comprar una casa o un carro? Lo mejor es planear dichas compras con anticipación y en el caso de recurrir a un financiamiento hipotecario, hacer planes para incrementar sus respectivos reportes crediticios. Tener un buen puntaje crediticio puede ayudar a obtener una mejor tasa de interés en un crédito hipotecario.

Es probable que una parte de la pareja tenga más desarrollada su inteligencia financiera y es natural que la responsabilidad de hacer los pagos recaiga en esa persona. Lo que no es del todo correcto es que en esa misma persona recaiga la responsabilidad de tomar las decisiones. Tal vez uno es el que hace los pagos, pero ambos toman las decisiones.

Ya casados, es importante no olvidar que hay que agregar al cónyuge como el beneficiario en las cuentas de ahorro y en especial en las cuentas de ahorro para el retiro. En los planes de pensión 401K. En los seguros de vida y de gastos médicos mayores también hay que agregar al nuevo cónyuge como beneficiario o co-titular.

Si se trata de un segundo matrimonio éste asunto tiene particular interés. Tuve el contacto directo con una mujer viuda que al fallecer su marido, el dinero que él tenía en su fondo de ahorro para el retiro fue a dar a manos de su primera esposa. El marido nunca se ocupó de ir a su banco y actualizar el nombre de su esposa en la cuenta.

Lo mismo es verdad para los testamentos. Se acaba de casar? Haga testamento. Se divorció y se volvió a casar? Actualice su testamento y asegúrese de que el nuevo testamento nulifica al anterior.

Tenía casas y propiedades adquiridas antes del matrimonio? Infórmese con un profesional del derecho familiar bajo qué régimen debe de vincularse en matrimonio con otra persona si es que sus planes consisten en mantenerlas fuera de la sociedad conyugal. Tal vez ya sea demasiado tarde para darle éste consejo pero de acuerdo a las leyes del derecho familiar de muchos países, si usted ya ha cohabitado con una persona por varios años, es muy probable que la ley ya lo considere casado “de Facto” y por tal motivo, lo que es o éra suyo antes de cohabitar sea ahora propiedad de los dos.

Soy partidario de un matrimonio donde los dos comparten todo, sin embargo, si al momento de casarse usted tiene deudas, ya sea con tarjetas de crédto o de cualquier otro tipo, no agregue el nombre de su cónyuge a la cuenta. Las deudas van a ser pagadas por los dos, pero quien le hace el frente de manera mercantil a la deuda es aquél que la adquirió.

Usted ha decidido casarse con una persona y las deudas que ésa persona tiene son parte del paquete. Sobretodo si el cónyuge deudor ha sido franco y transparente en este asunto. Hagan planes de pagar ésas deudas cuánto antes.

El mejor punto de partida para desarrollar una amplia y fructífera Inteligencia Financiera es empezar sin deudas y sin presiones.

El dinero es el iniciador de las discusiones conyugales tanto para los recién casados como para los matrimonios mas experimentados.

Hable de todo esto con su pareja ántes de la boda. Bien dice el dicho que lo que mal empieza, mal acaba.

Conoces a alguien que está por casarse? Compártele éste breve artículo.

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Alberto Mayagoitia.

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